El Presidente de Filipinas, Benigno Aquino, declaró estado de calamidad en las provincias del sur, en la isla de Mindanao, afectadas por las inundaciones que dejó la tormenta tropical “Washi” y causaron la muerte a casi mil personas. Según datos del Consejo Nacional de Prevención y Respuesta de Desastres, la cifra de decesos se situó en 957, mientras los desaparecidos superan los 550.
De acuerdo con la información recabada por la Cruz Roja en las zonas afectadas, la mayoría de fallecidos son de las ciudades de Cagayan de Oro e Iligan, y los demás de las provincias de Bukidnon, Negros, Zamboanga del Norte y Compostela Valley. Aquino hizo la declaración durante una reunión informativa con los jefes de los organismos regionales sobre la devastación que ha dejado “Washi”. El Mandatario visitó a las víctimas de las inundaciones en Cagayan de Oro, donde se registraron 579 muertos, y de Iligan, que reportó 279 decesos, y supervisó los esfuerzos de los equipos de socorro oficiales y evaluó los daños.