
La crisis que ahora cimbra a la economía global corre en medio de un movimiento decadente, por el que las élites se han barbarizado y arrastran a las demás clases y grupos sociales a la barbarie cultural y moral. Esta elite, en su afán de no ceder (“el poder”) hace más “catastrofista” la situación que impera en México y el mundo, los sistemas educativos del presente junto con los medios de comunicación son la aplicación de control a la sociedad.
El sistema consolidado durante la década anterior, fracasó, la globalización ya nos trajo sus consecuencias, ha llegado el momento de cambiar, de vivir en un supuesto y afrontar el error de facto. Ya no hay una alta cultura, ni una cultura verdadera, abundan, sí, mediocres manifestaciones con pretensión artística, haciendo la parodia del artista, a merced de una industria, la opinión pública o el círculo social al que pertenece.
El Conaculta, INBA, INAH y demás instituciones “hacen artistas”, de gente que “reúne ciertos requisitos”, lo que concierne a jóvenes creadores, ya escasean, hoy en día lo que hacen los creadores no es realmente necesario para las mayorías, simplemente es una válvula de escape y falta de creatividad.